El Arte de la Guerra. Sun Tzu. Thomas Cleary. Editorial EDAF. 1991.
La versión de Thomas Cleary de El arte de la guerra, libro de más de dos mil años de antigüedad, saca a la luz uno de los más importantes textos clásicos chinos, en el que, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil.
Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica militar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación.
No es, por tanto, un libro sobre la guerra; es una obra para comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. "Es mejor ganar sin luchar", nos dice Sun Tzu, "y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante". Esta sentencia es la clave de una obra que le permitirá deshacerse de todos los libros actuales sobre liderazgo para ejecutivos.
- El arte de la guerra de Sun Tzu es un tratado antiguo sobre estrategia y táctica militar, que ofrece principios aplicables tanto a la guerra como a otros aspectos de la vida.
- Sun Tzu destaca la importancia del conocimiento, la preparación y la flexibilidad, aconsejando a los líderes a adaptarse a las circunstancias y a utilizar el engaño para obtener ventajas.
- El libro subraya la necesidad de conocer tanto al enemigo como a uno mismo para asegurar la victoria, enfatizando la eficiencia y la minimización de conflictos directos.
Leyendo el libro Luis Donaldo Colosio: la construcción de un destino, de Cesáreo Morales y Samuel Palma supe de la existencia de El arte de la guerra. Tuve la fortuna de aterrizar en esta traducción desde el chino antiguo a cargo de Thomas Cleary.
¿Quién Debe Leerlo?
😎 Todos aquellos que estén interesados en el estudio de la estrategia, bien sea que quieran introducirse al mundo del pensamiento clave o quieran perfeccionar su visión y planeación de conjunto.
«Conoce al adversario y sobre todo conócete a ti mismo y serás invencible».
«La energía puede compararse con la tensión de una ballesta; la decisión, con la liberación del disparador».
«Ver el espíritu de la enfermedad y eliminarlo antes de que cobre forma».
«Evita lo que es fuerte, ataca lo que es débil».
«Todo arte de la guerra se basa en el engaño».
I. Criterios Estratégicos.
Los cinco elementos:
- El camino. El pueblo debe tener el mismo objetivo que sus dirigentes.
- El clima. Elegir el tiempo, el momento adecuado.
- El terreno. Descripción y entendimiento del medio.
- El líder. Inteligencia, honradez, humanidad, valor y severidad.
- La disciplina. Organización y logística.
Engaño. Apariencias. Aprovecha las emociones del adversario. La estrategia debe ser hermética. Acumula factores estratégicos para la batalla.
Nunca es beneficioso para una nación dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo. Las largas campañas militares constituyen una plaga para el país. Los que no son totalmente conscientes de las desventajas de servirse de las armas no pueden ser totalmente conscientes de las ventajas de utilizarlas. Un general inteligente lucha por desproveer al enemigo de armas, suministros y guerreros e incentiva a sus hombres mediante el botín. Lo importante es la victoria, no la persistencia.
III. La planificación de un asedio.
Los guerreros superiores atacan mientras los enemigos están proyectando los planes. A continuación, lo mejor es deshacer las alianzas. Después de estas dos tácticas, la mejor es atacar al ejército. La peor táctica es atacar a una ciudad. Asediar solo se lleva a cabo como último recurso. Por lo tanto, un verdadero maestro de las artes marciales vence sin batalla, conquista sin asediar y destruye sin emplear mucho tiempo. «Si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado».
Existen dos maneras en las que un gobierno civil lleva al ejército al desastre:
- Inmovilizar al ejército. Cuando un gobierno civil, ignorando los hechos, ordena avanzar a sus ejércitos o retirarse cuando no deben hacerlo.
- Transtornar el aspecto militar. Cuando un gobierno civil ignora los asuntos militares, pero comparte el mando del ejército, los soldados acaban confusos.
Existen cinco maneras de conocer al futuro vencedor, ganan los que:
- saben cuándo luchar y cuándo no.
- saben discernir cuándo utilizar muchas o pocas tropas.
- tienen tropas cuyos rangos superiores o inferiores tienen el mismo propósito.
- se enfrentan con preparativos a enemigos desprevenidos.
- tienen generales competentes y no están limitados por sus gobiernos.
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
IV. El orden de batalla.
La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario. Por esto es por lo que se dice que la victoria puede ser percibida, pero no fabricada. Un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después.
Las reglas militares son cinco:
- medición,
- valoración,
- cálculo,
- comparación y
- victoria.
V. La fuerza.
Gobernar sobre muchas personas como si fueran pocas es una cuestión de dividirlas en grupos. Hacer que los ejércitos sean capaces de combatir contra los adversarios sin ser derrotado es una cuestión de emplear métodos ortodoxos y métodos heterodoxos. Lo ortodoxo y lo heterodoxo se originan recíprocamente, como un círculo sin comienzo ni fin; ¿quién podría agotarlos? El orden y el desorden son una cuestión de organización; la valentía y la cobardía son una cuestión de ímpetu; la fuerza y la debilidad son una cuestión de la formación de batalla. Por lo tanto, cuando se conduce a los hombres a la batalla con pericia, el impulso es como rocas redondas que se precipitan montaña abajo: esta es la fuerza.
VI. Vacío y lleno.
Los que llegan primero al campo de batalla y esperan al adversario están en posición descansada; los que llegan los últimos al campo de batalla y entablan la lucha quedan agotados. Ataca donde no haya defensa. Para mantener una defensa infaliblemente segura, defiende donde no haya ataque. Para avanzar sin encontrar resistencia, arremete por sus puntos flacos. Para retirarte de manera esquiva, sé más rápido que ellos. Induce a otros a efectuar una formación, mientras que tú mismo permaneces sin forma, estás concentrado, mientras que tu adversario está dividido. No ha de conocerse dónde piensas librar la batalla, porque cuando no se conoce, el enemigo destaca muchos puestos de vigilancia, y en el momento en el que se establecen numerosos puestos solo tienes que combatir contra pequeñas unidades. Las preparaciones por todas partes significará ser vulnerable por todas partes. El punto final de la formación de un ejército es llegar a la no forma. Cuando no tienes forma, el espionaje encubierto no puede descubrir nada, ya que la información no puede crear una estrategia.
VII. La lucha armada.
Nada es más difícil que la lucha armada. La lucha armada puede ser provechosa y puede ser peligrosa. Un ejército perece si no está equipado, si no tiene provisiones o si no tiene dinero. Si ignoras los planes de tus rivales, no puedes hacer alianzas precisas. A menos que utilices guías locales, no puedes aprovecharte de las ventajas del terreno. Una fuerza militar se establece mediante el engaño, se moviliza mediante la esperanza de recompensa, y se adapta mediante la división y la combinación. Los expertos en el manejo de las armas evitan la energía entusiasta, atacan la decadente y la que se bate en retirada. Son ellos los que dominan la energía. Dominar la fuerza es esperar a los que vienen de lejos, aguardar con toda comodidad a los que se han fatigado, y con el estómago saciado a los hambrientos. Evitar la confrontación contra formaciones de combate bien ordenadas y no atacar grandes batallones constituye el dominio de la adaptación.
Estas son las leyes de las operaciones militares:
- No enfrentarse a una gran montaña ni oponerse al enemigo que se halla de espaldas a ésta.
- No persigas a los enemigos cuando finjan una retirada, ni ataques tropas expertas.
- No consumas la comida dejada por sus soldados.
- No presiones a un enemigo desesperado. Hay que dejar una salida a un ejército rodeado.
VIII. Las variables.
No permitas instalar un campamento en un terreno difícil. No dejes que se establezcan relaciones diplomáticas en las fronteras. No permanezcas en un territorio árido ni aislado. Cuando te halles en un terreno cerrado, discurre alguna estratagema. Cuando te halles en un terreno mortal, lucha. Existen rutas que no han de seguirse, ejércitos que no han de ser atacados, ciudadelas que no deben ser asediadas, terrenos sobre los que no se debe combatir, y órdenes de gobernantes civiles que no deben ser obedecidas.
Existen cinco rasgos que que constituyen defectos en los generales:
- Los que están dispuestos a morir pueden perder la vida;
- Los que quieren preservar la vida pueden ser hechos prisioneros;
- Los que son proclives a la ira pueden ser ridiculizados;
- Los que son muy puritanos pueden ser deshonrados;
- Los que son emocionales pueden ser turbados.
IX. Maniobras militares.
Presta atención a la luz, mantente en posiciones elevadas y no te sitúes río abajo. Cuida de la salud física y permanece donde haya innumerables recursos. Cuando el enemigo está cerca, pero permanece en calma, quiere decir que se halla en una posición fuerte. Cuando está lejos, pero intenta provocar hostilidades, quiere que avances. En asuntos militares no es necesariamente más beneficioso ser superior en fuerzas, sino solo evitar actuar con violencia innecesaria; es suficiente con consolidar tu poder, hacer estimaciones sobre el enemigo y conseguir reunir tropas; eso es todo. Cuando las órdenes se dan de manera consecuente para edificar a las tropas, estas las aceptan. Cuando las órdenes no son dadas de manera consecuente para edificar a las tropas, estas no las aceptan. Cuando las órdenes son justas, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo.
X. El terreno.
Los seis tipos de terreno de acuerdo a su geografía:
- Accesible. Puede transitarse por todos lados. Sé el primero en establecer tu posición.
- Difícil. Es fácil entrar, pero difícil salir. Si tu enemigo no está preparado, puedes vencer si sigues adelante, pero si el enemigo está listo, tendrás dificultades para volver.
- Neutro. Es desfavorable para ambos bandos. Incluso si el adversario te ofrece una ventaja, no te aproveches de ella: retírate.
- Estrecho. Si eres el primero en llegar, ocúpalo totalmente. Si el adversario llega antes, no lo persigas si bloquea los desfiladeros. Persíguelo solo si no los bloquea.
- Accidentado. Ocupa los puntos altos. Si el adversario los ha ocupado, retírate.
- Abierto. La fuerza del impulso se encuentra igualada, y es difícil provocar el combate.
Las seis formas de ser derrotado:
- Las tropas que tienen el mismo ímpetu, pero que atacan en proporción de uno contra diez, salen derrotadas.
- Los que tienen tropas fuertes pero cuyos oficiales son débiles, quedan retraídos.
- Los que tienen soldados débiles al mando de oficiales fuertes, se verán en apuros.
- Cuando los oficiales superiores están encolerizados y se enfrentan al enemigo por despecho, el ejército se desmoronará.
- Cuando los generales son débiles y carecen de autoridad, cuando las órdenes no son claras, cuando oficiales y soldados no tienen solidez y las formaciones son anárquicas, se produce la revuelta.
- Los generales que son derrotados son aquellos incapaces de calibrar a los adversarios, que entran en combate contra fuerzas superiores en número o mejor equipadas, y que no seleccionan a sus tropas según los niveles de preparación de las mismas.
Triada a evaluar antes de entablar batalla:
- Terreno
- Tus propias tropas
- Las tropas del enemigo
Los que conocen las artes marciales no pierden el tiempo cuando efectúan sus movimientos, ni se agotan cuando atacan. Cuando te conoces a ti mismo y a los demás, la victoria no corre peligro; cuando conoces el cielo y la tierra, la victoria es absoluta.
Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida de tus soldados como cuidas de tus bienamados hijos, y morirán gustosamente contigo.
Pero si eres tan amable con ellos que no los puedes utilizar, si eres tan indulgente que no les puedes dar órdenes, tan informal que no puedes disciplinarlos, tus soldados serán como niños mimados y, por lo tanto, inservibles.
XI. Las nueve clases de terreno.
Los nueve tipos de terreno conforme a las operaciones militares:
- De dispersión. Si intereses locales luchan entre sí en su propio terreno.
- Ligero. Cuando penetras en un territorio ajeno, pero no lo haces en profundidad y los soldados pueden regresar con facilidad.
- En disputa. Ventajoso si lo tomas, y ventajoso al enemigo si es él quien lo conquista.
- De lucha inevitable. Cualquier enclave defensivo o paso estratégico.
- De comunicación. Accesible para ti y para los demás.
- De intersección. Está rodeado por tres territorios rivales y el primero que lo toma tiene libre acceso a todo el mundo. Sé el primero en ocuparlo, y la gente tendrá que ponerse de tu lado. Si lo obtienes, te encuentras seguro; si lo pierdes, corres peligro.
- Difícil. Cuando penetras en profundidad en un territorio ajeno, y dejas detrás muchas ciudades y pueblos. Es un terreno del que es difícil regresar.
- Desfavorable. Cuando atraviesas montañas boscosas, desfiladeros abruptos, marismas u otros accidentes difíciles de atravesar.
- Cercado. Cuando el acceso es estrecho y la salida es tortuosa, de manera que una pequeña unidad enemiga puede atacarte, aunque tus tropas sean más numerosas.
- Mortal. Si solo puedes sobrevivir en un territorio luchando con rapidez, y si es fácil morir si no lo haces.
Acciones de acuerdo a tu posición en un terreno:
- De dispersión. No combatas.
- Ligero. No te detengas.
- De lucha inevitable. No ataques.
- De comunicación. No dejes que tus tropas sean divididas.
- De intersección. Establece comunicaciones.
- Difícil. Entra a saco.
- Desfavorable. Continúa marchando.
- Cercado. Haz planes.
- Mortal. Lucha.
Los expertos en el arte de la guerra hacen que el enemigo perdiera contacto entre su vanguardia y su retaguardia, la confianza entre las grandes y las pequeñas unidades, el interés recíproco por el bienestar de los diferentes rangos, el apoyo mutuo entre gobernantes y gobernados.
Aprovecha la falta de preparación, de visión y de cautela de los adversarios actuando con rapidez, y si dudas, esos fallos no te servirán de nada. Cuando el enemigo ofrece oportunidades, aprovéchalas inmediatamente. Entérate primero
Prohíbe los augurios para evitar las dudas, y los soldados nunca te abandonarán. Otorga recompensas que no estén reguladas y da órdenes desacostumbradas.
Los asuntos importantes se deciden rigurosamente en el cuartel general. El rigor en los cuarteles generales en la fase de planificación se refiere al mantenimiento del secreto.
XII. El ataque mediante el fuego.
El fuego se utiliza para sembrar la confusión en el enemigo y así poder atacarlo. Existen cinco clases de ataques mediante el fuego:
- quemar a las personas,
- quemar los suministros,
- quemar el equipo,
- quemar los almacenes y
- quemar las armas.
Cuando el fuego está dentro del campamento enemigo, prepárate desde fuera. Si los soldados se mantienen en calma cuando el fuego se ha declarado, espera y no ataques. Cuando el fuego puede ser prendido en campo abierto, no esperes a hacerlo en el interior del campamento. Cuando el fuego sea atizado por el viento, no ataques en dirección contraria a este. Si ha soplado el viento durante el día, a la noche amainará.
Ganar sin recompensar a los que han hecho méritos trae mala fortuna y se hace merecedor de ser llamado avaro. Por eso se dice que un gobierno esclarecido lo tiene en cuenta y que un buen mando militar recompensa el mérito.
No movilizan sus tropas cuando no hay ventajas que obtener, ni actúan cuando no haya nada que ganar, ni luchan cuando no existe peligro. No vale la pena movilizar un ejército por razones insignificantes: las armas solo deben utilizarse cuando no existe otro remedio. Un gobierno no debe movilizar un ejército por ira, y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera. Actúa cuando sea beneficioso; en caso contrario, desiste.
XIII. Sobre la utilización de los espías.
Un mando sabio procurará la información previa. La información previa debe obtenerse de personas que conozcan la situación del enemigo. El espionaje es esencial para las operaciones militares, y los ejércitos dependen de él para llevar a cabo sus acciones. Trata bien a los espías, si no, pueden convertirse en renegados y trabajar para el enemigo.
Existen cinco clases de espías:
- El espía nativo que se contrata entre los habitantes del país.
- El espía interno, que se contrata entr los funcionarios enemigos.
- El doble agente, que se contrata entre los espías enemigos. Debes buscar a agentes enemigos que hayan venido a espiarte, sobornarlos e inducirlos a pasarse a tu lado.
- El espía liquidable, que transmiten datos falsos al enemigo.
- El espía flotante, que vuelven para traer informes.
Cuando están activos todos ellos, nadie conoce sus rutas: a esto se le llama genio organizativo.
Siempre que quieras atacar a un ejército, asediar una ciudad o matar a una persona, has de conocer previamente la identidad de los generales que la defienden, de sus aliados, sus visitantes, sus centinelas y de sus criados; así pues, haz que tus espías averigüen todo sobre ellos. Es esencial para un gobernante conocer las cinco clases de espionaje, y este conocimiento depende de los agentes dobles; así pues, sobre todo estos, deben ser bien tratados.
Es un texto perteneciente a una cultura distante en el tiempo, el espacio y la forma de pensar, escrito en un idioma que ya no existe como tal. Si bien algunas cosas parecen claras y obvias, no siempre es el caso si se recuerdan las paradojas del Taoísmo, las cuales sin duda influyeron a Sun Tzu. Por lo pronto, empezaré con dos puntos:
- Leerlo, con ánimo de estudio, cada mes durante tres meses.
- Releerlo a partir de ahí cada trimestre, cada solsticio y cada equinoccio.