
Los multimillonarios no pagan impuestos sobre la renta y vamos a acabar con eso. Gabriel Zucman. 2025. 60 pp. Seuil.
Es una realidad impactante: los multimillonarios pagan poco o ningún impuesto sobre la renta. Considerando todos los impuestos, su contribución es la mitad de la del ciudadano francés promedio. Esto constituye una grave violación del principio de igualdad ante la ley tributaria, consagrado en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Ha llegado el momento de poner fin a esta anomalía. Este es el propósito del impuesto del 2% a los ultrarricos que defiende el economista Gabriel Zucman, cuya urgente necesidad explica con rigor y claridad en este libro.
Gabriel Zucman es profesor de la Escuela de Economía de París desde 2023, ha sido, además, profesor investigador en la Universidad de California, Berkeley y director del Observatorio Fiscal de la Unión Europea. Además, es autor de La riqueza oculta de las naciones: Una investigación sobre los paraísos fiscales, traducida a diecisiete idiomas, y El triunfo de la injusticia, en coautoría con Emmanuel Saez.
En 2018, Zucman recibió el Premio al Mejor Joven Economista de Francia, otorgado por el Cercle des économistes y Le Monde en reconocimiento a su investigación sobre la evasión y la elusión fiscal y sus consecuencias económicas. En 2023 recibió la Medalla John Bates Clark, un premio para economistas menores de 40 años.
Introducción
Gabriel Zucman, economista especializado en desigualdad y fiscalidad, expone en este ensayo cómo los multimillonarios evaden el pago del impuesto sobre la renta en Francia y en el mundo. A través de un análisis riguroso, demuestra que este fenómeno no solo es injusto, sino que socava los principios democráticos de igualdad fiscal. El autor propone un impuesto mínimo como solución, inspirado en la necesidad de completar la revolución fiscal iniciada con la creación del impuesto sobre la renta en el siglo XX.
1. Disipar la opacidad de las grandes fortunas
Zucman señala que los organismos estadísticos oficiales no proporcionan datos sobre los impuestos pagados por los multimillonarios. Revistas como Forbes o Challenges estiman sus patrimonios, pero no sus contribuciones. Recién en la década de 2020, gracias a investigaciones académicas, se logró acceder a datos fiscales detallados.
Este avance permite por primera vez:
- Conectar las fortunas individuales con las empresas que poseen.
- Medir el verdadero ingreso económico de los ultra-ricos.
- Calcular con precisión con cuánto contribuyen al financiamiento público.
La realidad: los multimillonarios pagan impuestos muy por debajo del promedio nacional.
2. El francés promedio: una carga fiscal del 51%
Ingreso nacional: En 2024, el ingreso nacional de Francia fue de 2.440 billones de euros (48.000 euros anuales por adulto).
Prestaciones sociales y recaudación: El Estado recaudó 1.250 billones de euros en impuestos y cotizaciones sociales, lo que equivale a un 51% del ingreso nacional.
¿Qué es el ingreso nacional? Todos los tipos de ingresos recibidos por los residentes en Francia: salarios, intereses, alquileres, beneficios empresariales distribuidos y no distribuidos. Es una medida estable, a diferencia del ingreso fiscal declarado, que puede variar según normas legales o estructuras contables. Esto permite comparar de forma rigurosa la carga fiscal entre distintos grupos sociales
Francia recauda en torno a la mitad del ingreso nacional porque ha decidido financiar:
- Un sistema de salud público robusto
- Educación universal
- Pensiones amplias
- Alta protección social
Estos compromisos históricos han sido determinantes para el desarrollo económico, la mejora de la productividad y la igualdad social en el país.
Distribución por categorías sociales:
- Clases populares (la mitad más pobre): pagan 45% de sus ingresos.
- Clases medias: pagan 50%.
- 10% más ricos: pagan más del 50% (incluyendo impuestos corporativos).
Conclusión: Todas las categorías sociales, excepto los multimillonarios, contribuyen de manera similar.
3. Todas las clases sociales pagan mucho
Desde 2019, el INSEE publica estimaciones oficiales de la tasa obligatoria por grupos de ingresos. Esto permite, por primera vez, comparar de forma coherente la carga fiscal entre distintos segmentos de la población (excepto los ultra-ricos, que no aparecen en estas estadísticas)
- Para la mitad inferior de la distribución de ingresos (unos 26 millones de adultos), el tipo efectivo ronda el 45 % del ingreso nacional:
- IVA
- Otros impuestos indirectos (como los carburantes)
- CSG (contribución social generalizada)
- Cotizaciones sociales
- Para quienes se sitúan entre la mediana y el 10 % superior, el tipo asciende a cerca del 50 %:
- El impuesto progresivo sobre la renta empieza a tener más peso.
- También aumentan la cotización sobre la propiedad y otros impuestos locales
- Para el 10 % superior de la población, el tipo supera ligeramente el 50 %. Aquí entra en juego el impuesto de sociedades, ya que una parte significativa de sus ingresos proviene de acciones de empresas cuyos beneficios pagan ese impuesto antes de distribuirse.
A pesar de las diferencias internas en cada grupo, el mensaje clave es que todas las grandes categorías sociales pagan aproximadamente la mitad de su ingreso en impuestos. Es un mito que solo los “ricos” o solo los “pobres” soportan la carga fiscal. La estructura fiscal francesa, para la mayoría de la población, es débilmente progresiva: las diferencias entre grupos son pequeñas.
Los milmillonarios son los únicos que escapan a esta regularidad y cuya carga fiscal efectiva se desploma. Estudios recientes (como los del Institut des Politiques Publiques) muestran que los multimillonarios franceses pagan solo 25% de sus ingresos en impuestos, pero al descontar los impuestos pagados en el extranjero (principalmente en EE.UU. y Europa), la tasa real cae al 13%.
Razones:
- Evasión del impuesto sobre la renta: Usan holdings para acumular ingresos sin tributar. Solo el 2% de sus ingresos provienen de este impuesto.
- Impuesto corporativo insuficiente: Aunque pagan el 23% de sus ingresos en impuestos corporativos, la mitad se destina a otros países.
- Exenciones fiscales: No pagan IVA (por su bajo consumo relativo) ni impuestos sobre la propiedad (sus fortunas son principalmente acciones).
4. Los multimillonarios: una tasa efectiva del 13%
Primer resultado clave: el tipo total cae a 25 %. Los investigadores del Institut des politiques publiques (IPP) reconstruyeron por primera vez:
- El ingreso real de los ultra-ricos
- Los impuestos efectivamente pagados
- Las cadenas de sociedades donde acumulan sus beneficios
Su conclusión: el tipo efectivo de los millonarios franceses es de aproximadamente 25 %, es decir, la mitad del tipo del francés medio. Por cada euro que obtiene un millonario, solo unos 25 centavos llegan al Estado, frente a los 51 centavos que paga un francés medio.
Razón principal: el fracaso del impuesto sobre la renta. Los millonarios no perciben personalmente la mayor parte de sus ingresos. En lugar de eso, concentran sus beneficios en sociedades holding, que reciben los dividendos. La mayor parte del impuesto que pagan corresponde al impuesto sobre sociedades, que grava los beneficios empresariales a una tasa uniforme del 23 %. Esto hace que desaparezca la progresividad del sistema en la cúspide de la distribución.
Los millonarios pagan muy poco por:
- IVA: consumen una fracción ínfima de sus ingresos, pues casi todo se reinvierte.
- Impuestos sobre la propiedad: poseen sobre todo acciones, no bienes inmuebles.
- Impuesto sobre la fortuna inmobiliaria: no les aplica o les afecta muy marginalmente.
- Antiguo ISF (impuesto sobre las grandes fortunas): apenas representaba 0,1 % de su renta antes de su eliminación.
Segundo resultado clave: el tipo “real” es aún más bajo: 13 %. Si se calcula su tipo efectivo según la definición más amplia del ingreso —es decir, el ingreso económico total, incluidos los beneficios no distribuidos— el tipo efectivo cae a alrededor de 13 %.
- La fiscalidad de la mayoría de la población (≈ 50 %)
- La fiscalidad real de los ultra-ricos (≈ 13 %)
No se trata de fraude ni de paraísos fiscales: es el resultado estructural del sistema actual, donde los ingresos pueden quedarse en empresas y no aparecer nunca como renta personal, escapando así al impuesto progresivo.
5. El impuesto sobre la renta: una revolución inacabada
Cuando se creó el impuesto sobre la renta, su propósito era claro: Introducir un control democrático sobre la riqueza. Hacer que el esfuerzo fiscal creciera con el nivel de ingresos. El IR era el mecanismo que vinculaba directamente a cada ciudadano con la comunidad política: cuanto más se recibe del sistema económico, más se aporta. La no integración de todos los ingresos.
A mediados del siglo XX, el IR ocupaba un lugar central en el financiamiento del Estado. Hoy, sin embargo, representa una fracción pequeña de los ingresos públicos. Es poco progresivo en la práctica. No grava adecuadamente a quienes concentran más riqueza.
Ejemplo: Un magnate puede recibir 3,000 millones de euros en dividendos y pagar solo 2% de impuestos, mientras que un accionista común paga 30% (flat tax). El sistema fiscal no es progresivo para los más ricos.
Modernizar:
- Integrar todos los tipos de ingreso económico, no solo los declarados por personas físicas.
- Evitar que los ultra-ricos puedan escapar mediante la acumulación societaria.
- Restaurar el principio democrático y progresivo que estaba en su origen.
6. Una injusticia fundamental
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) establece que todos deben contribuir equitativamente (Principio de Igualdad). Sin embargo, los multimillonarios pagan menos que las clases medias.
Consecuencias:
- Crecimiento de la desigualdad: Entre 1996 y 2024, la fortuna de los 500 más ricos de Francia pasó de 80.000 millones a 1,2 billones de euros (del 6% al 42% del PIB), mientras que el patrimonio promedio creció solo 4,5% anual.
- Poder político: La concentración de riqueza amenaza la democracia, como muestra el caso de Elon Musk, quien usó su fortuna para influir en la política estadounidense.
Las clases populares, medias y acomodadas pagan alrededor del 45–55 % de su ingreso en impuestos, mientras que los multimillonarios pagan entre 0 % y 0,5 % de sus ingresos económicos reales en impuesto sobre la renta. Esta asimetría, estructural y no accidental, constituye una violación grave del principio democrático de igualdad ante la ley.
El origen de la injusticia es jurídico y estructural: los ingresos de los ultra-ricos no aparecen como ingresos personales gravables.
La mayoría del ingreso de un multimillonario proviene de:
- beneficios no distribuidos,
- plusvalías latentes,
- ganancias que permanecen dentro de sociedades holding.
Mientras el ingreso no se distribuya, no se paga impuesto sobre la renta, porque este impuesto solo grava los ingresos personales explícitamente percibidos.
Resultado: muchos multimillonarios declaran ingresos anuales inferiores a 10 000 €, pese a poseer miles de millones en patrimonio. Consecuencias: desaparece la progresividad al nivel más alto.
7. Argumentos en contra y sus refutaciones
Principios elementales:
- Los impuestos deberían ser proporcionales al ingreso real.
- Quien gana más debería contribuir más.
- Nadie debería poder escapar del impuesto por la forma jurídica en que recibe sus ingresos.
Anomalía profunda del sistema fiscal moderno.
Mitos:
- Los más ricos ya pagan la mayoría de los impuestos. Los datos incluyen a los 4 millones de hogares más ricos (no solo a los 100 multimillonarios), que sí pagan impuestos progresivos.
- El dinero en holdings no es suyo. Aunque no lo consuman directamente, lo usan para invertir, comprar activos o medios, sin pagar impuestos.
- Pagarán impuestos en el futuro. Las plusvalías se borran al heredar, y los holdings permiten acumular riqueza sin tributar.
8. El mundo: un paraíso fiscal para multimillonarios
En EE.UU., los multimillonarios pagan 9% de impuesto sobre la renta (gracias a leyes contra holdings desde 1937), pero aún menos que el contribuyente promedio (24% vs. 30%).
En Europa, la tasa es 0-2% (Francia, Países Bajos, Italia).
Warren Buffett (Berkshire Hathaway) y Elon Musk (Tesla) evaden impuestos al no repartir dividendos o usar préstamos para financiar su consumo.
- En Francia: ≈ 13 % de impuesto efectivo.
- En Estados Unidos: ≈ 8 % según el cálculo de ingreso económico real.
La arquitectura fiscal internacional permite que los multimillonarios paguen tasas extremadamente bajas sin quebrantar la ley. El mecanismo universal de subimposición: los ingresos no distribuidos. El único impuesto que pagan es el impuesto sobre sociedades, que es plano, no progresivo.
Los países han reducido sus impuestos corporativos para atraer inversiones. El tipo medio del impuesto sobre sociedades cayó de más del 45 % a menos del 25 %. Esto beneficia de manera desproporcionada a los multimillonarios, porque la mayor parte de su ingreso “pasa” justamente por estas empresas.
Los multimillonarios modernos no ocultan activos. Lo que hacen es estructurar legalmente sus empresas para que los ingresos no aparezcan como renta personal. El mundo fiscal no es neutral, sino regresivo.
9. El impuesto mínimo: la solución
Impuesto mínimo global del 2% sobre el patrimonio para quienes superen los 100 millones de dólares:
Objetivos:
- Equidad: Igualar la carga fiscal de los multimillonarios a la del francés promedio (50%).
- Recaudación: Generaría 20.000 millones de euros anuales en Francia y 300.000 millones de dólares a nivel global.
Mecanismo:
- Diferencial: Solo aplica si los impuestos pagados son inferiores al 2% del patrimonio.
- Anti-exilio: Los contribuyentes seguirían sujetos al impuesto durante 5-10 años tras mudarse a un paraíso fiscal.
- Sin nichos: Elimina exenciones como las de los "bienes profesionales" (que en el pasado permitieron evadir el ISF).
Problema: ninguna reforma técnica del impuesto sobre la renta puede resolver esta situación estructural.
Solución: un impuesto mínimo basado en el patrimonio.
Mecanismo:
- Evaluar el patrimonio del multimillonario (acciones, empresas, bienes financieros).
- Asignar un rendimiento económico implícito, por ejemplo el 8 % anual, que equivale al rendimiento histórico del capital empresarial.
- Aplicar un tipo mínimo sobre ese rendimiento, por ejemplo el 2 %.
Con este diseño:
- Si el multimillonario paga menos a través de otros impuestos, paga la diferencia.
- Si ya pagó más, no debe nada.
Es un impuesto complementario, no un impuesto adicional.
Elimina el truco fundamental que permite a los multimillonarios escaparse hoy: no pueden esconder su patrimonio en sociedades, ni diferir indefinidamente sus ingresos. El impuesto mínimo se aplica cada año sobre una base conocida (el patrimonio), sin depender de la voluntad del contribuyente de distribuir beneficios. Esto lo vuelve prácticamente a prueba de elusión, a diferencia del impuesto sobre la renta tradicional. Es viable a escala internacional: bastan algunos países grandes para iniciar el movimiento.
Este impuesto mínimo es superior a:
- Impuestos sobre las plusvalías. Ineficaces porque los multimillonarios pueden evitar la realización de plusvalías durante décadas.
- Impuestos sobre los dividendos. Insuficientes porque los ultra-ricos pueden decidir no distribuir beneficios.
- Impuestos sobre sociedades. Regresivos, decrecientes y recaen solo parcialmente sobre los propietarios ricos.
- Impuestos sobre la fortuna convencionales. Difíciles de aplicar a patrimonios muy complejos y móviles.
El impuesto mínimo combina lo mejor de estos mecanismos sin sus fallos estructurales.
10. Un mecanismo eficaz
Eficaz porque se basa en el patrimonio, no en la renta declarada. El impuesto mínimo calcula un rendimiento económico implícito del patrimonio del multimillonario, lo que vuelve imposible esconder su “verdadero” ingreso.
Eficaz porque imposibilita el diferimiento. El mecanismo evita por completo la práctica principal con la que los multimillonarios reducen sus impuestos: postergar indefinidamente la distribución de beneficios. Con el impuesto mínimo, da igual si los beneficios se distribuyen o no, si las plusvalías se realizan o no, se debe cada año, en función del patrimonio y del rendimiento implícito.
Eficaz porque es simple de calcular y administrar. El cálculo requiere tres elementos:
- Valor del patrimonio del multimillonario.
- Tasa de rendimiento implícita (por ejemplo, 6–8 %, basada en los rendimientos históricos del capital).
- Tasa del impuesto mínimo (por ejemplo, 2 %).
Eficaz porque interactúa bien con otros impuestos.
- No sustituye al impuesto sobre la renta.
- No compite con el impuesto sobre el patrimonio.
- No se solapa mal con el impuesto sobre sociedades.
Eficaz incluso a escala internacional.
11. Implementación y resistencia
La tesis central del capítulo es que el Estado social —pensiones, educación, salud, inversiones públicas— se sostiene sobre un principio básico: Todos participan según sus medios.
El impuesto mínimo como instrumento de reintegración. Repara la asimetría fundamental que los excluye de la carga colectiva.
Argumentos:
- Moral. Es injusto que el esfuerzo fiscal recaiga principalmente sobre quienes viven de salarios, mientras que quienes se benefician de la acumulación masiva de capital pagan proporcionalmente menos.
- Democrático. La confianza en las instituciones depende de que todos sientan que las reglas son comunes. Cuando los más ricos quedan exentos de hecho, la igualdad ciudadana se degrada.
- Económico. Un sistema donde los ultrarricos no pagan impuestos progresivos reduce los recursos públicos, distorsiona la asignación de capital, y acentúa las desigualdades estructurales.
La creación del impuesto sobre la renta (1914) también enfrentó resistencia, pero hoy es un pilar fiscal.
Obstáculos:
- Lobby multimillonario: Usan su influencia para bloquear reformas (ejemplo: rechazo del Senado francés en 2025).
- Falsos argumentos: Alegan "problemas de liquidez", pero Zucman demuestra que pueden pagar el impuesto con sus propios activos (ejemplo: vender acciones o diluir su participación).
Beneficios colaterales:
- Reducción de la deuda pública: Los ingresos podrían usarse para crear un fondo soberano o repartir acciones entre empleados.
Conclusión
El impuesto mínimo es una evidencia moral y económica:
- Justicia: Cumple con el principio de igualdad fiscal.
- Eficacia: Es resistente a la evasión y genera ingresos significativos.
- Urgencia: Sin reformas, la concentración de riqueza amenaza la democracia.
Como en 1914, la resistencia es previsible, pero la historia demuestra que la justicia fiscal siempre termina imponiéndose.


