jueves, 5 de mayo de 2022

Benjamín Franklin. Autobiografía y Otros Escritos

Autobiografía y otros escritos. Benjamín Franklin. 1791. 230 pp.



El libro en 3 puntos 


    1. De manera amena, Benjamin Franklin narra el origen de su familia en Inglaterra y su llegada a las colonias americanas. Da pormenores de su infancia y juventud y cómo, tras haber dejado atrás el Boston natal, se fue abriendo camino en Philadelphia, pasando de vagabundo a exitoso hombre de empresas (privadas, públicas y científicas).
    2. Pensado sobre todo como un libro sapiencial o de consejos para sus descendientes, Franklin hace énfasis en el cultivo de las virtudes y en la búsqueda de la perfección moral como los medios que le permitieron alcanzar sus logros. Explica los métodos usados por él, como su trimestre de las 13 virtudes o sus cuaresmas vegetarianas.
    3. El libro nos lleva al origen de los Estados Unidos, embuido en el puritanismo y bajo una gran influencia cuáquera, al tiempo que su gente se abría paso hacia el oeste en guerras contra los indios y luchaban por obtener un trato más justo de la corona inglesa.


Quién debe leerlo

 

Este libro es una buena opción para aquellos que gusten de:

  • las biografías o la historia,
  • los libros de autoayuda, o
  • los textos breves y sencillos de gran contenido.


Citas sueltas


«El que te ha hecho ya un favor, estará más dispuesto a hacerte otro, que aquel a quien tú hayas favorecido».

«Quiero expresar la conveniencia de que la contabilidad sea incluida en la educación de nuestras jóvenes, como ocurre en Holanda, pues serán más útiles para sí mismas y para sus hijos, se librarán de verse despojadas por hombres taimados y estarán capacitadas para hacerse cargo, en caso necesario, de algún negocio».

«Si el designio de la Providencia ha sido el de extirpar a los indios salvajes para dejar sitio a los cultivadores de la tierra, el ron parece el medio más indicado para ello. Ha destruido ya todas las tribus que antiguamente habitaban las costas».

«La felicidad humana no se alcanza tanto gracias a los grandes acontecimientos venturosos, lo que sucede raras veces, como a las pequeñas ventajas que se conquistan cada día». 


Extractos + Notas


Benjamin Franklin nació en Boston, MA, cuando aún se utilizaba el calendario juliano, el 6 de enero de 1706. A los 12 años comenzó a trabajar como aprendiz de impresor bajo la tutela de su hermano mayor James, quien fundó en 1721 The New-England Courant. Tras algunas desaveniencias, Benjamin huye a Philadelphia, PA., en 1723 donde se establece trabajando en las imprentas locales. En 1728, establece su propio negocio en asociación con un amigo. En 1730 establece un matrimonio de ley común con Deborah Read, con quien tuvo una pareja de hijos. De 1732 a 1757 publica anualmente El Almanaque del Pobre Richard con gran éxito. En 1752 condujo su famoso experimento del papalote para demostrar que los relámpagos eran electricidad. Por su interés en las cosas públicas, su erudición y su trato, fue pieza clave en la consumación de la Independencia de los Estados Unidos en 1776, en la firma del tratado de París de 1783 y en la redacción de la Constitución norteamericana.

Benjamin Franklin comenzó a redactar sus memorias mientras estaba en Inglaterra en 1771. Posteriormente continuó su labor en su estancia en Francia en 1784. Una tercera parte fue escrita en 1788, cuando estaba ya muy enfermo. En todo caso, sus memorias sólo abarcaron desde su infancia hasta 1757. Finalmente, murió en Philadelphia en 1790. Desde 1914 el billete de 100 dólares lleva su efigie.


Sobre la templanza y la frugalidad

«Mi padre [nos inculcó] que prestásemos escasa atención a los alimentos que nos eran servidos, sin preocuparnos de si estaban bien o mal cocinados, si estaban o no en su perfecta sazón, o si eran inferiores o superiores a otros, gracias a lo cual me acostumbré a prestar poca atención a estos detalles; hasta el punto de que hoy en día, raras veces puedo recordar lo que he comido, y ello a las pocas horas de haberlo hecho».

«Cumplidos los dieciséis años, tuve ocasión de dar con un libro escrito por un tal Tryon, en el que se recomendaba una dieta vegetariana y decidí adoptarla [...] Aquella frugalidad contribuyó a que mis progresos en el saber fueran más rápidos, pues sabido es que la claridad de mente y la prontitud de asimilación intelectual son, por lo general, compañeras de la templanza en el comer y el beber». 

«A la templanza y frugalidad atribuyo haber gozado de excelente salud toda mi vida y lo que me pueda quedar de mi fuerte naturaleza».

Sobre la lectura

«La facilidad y prontitud con que aprendí a leer, lo que debió ser a edad muy temprana, pues no recuerdo que no supiera ya leer y la opinión de sus amigos de que yo sería un buen estudiante, animaron a mi padre a enviarme a un colegio [a los 8 años] con la idea de que cursara estudios superiores».  

«Ya desde pequeño era yo muy aficionado a la lectura, y el poco dinero que por aquel entonces caía en mis manos [a los 14 años] lo invertía íntegramente en libros».  

«A menudo, cuando un libro me era prestado por la tarde, yo debía devolverlo a primera hora de la mañana para que no fuera echado en falta, y me pasaba gran parte de la noche leyendo en mi habitación».

Sobre los antepasados

«Siempre me gustó enterarme de cualquier pequeña anécdota referente a mis antepasados».

Sobre discutir 

«Gracias a la lectura de los libros de polémica religiosa de mi padre, adquirí la costumbre de argumentar. Discutía a menudo con el deseo de rebatir cualquier argumento; disputas que, dicho sea de paso, se convierten con facilidad en un hábito muy perjudicial, pues hace que la compañía de estas personas sea a menudo muy desagradable».

«Poco después leí los Recuerdos de Sócrates, escritos por Jenofonte, donde se recogen numerosos ejemplos del método socrático. Me entusiasmó y decidí adoptarlo. Abandoné mi forma de argumentar obstinada y positivista y llena de seguridades y me transformé en un humilde buscador de la verdad».

«Es una locura estar en malas relaciones con personas con las que se ha de vivir continuamente».

Sobre la humildad 

«Y, para probar que no me sentía envanecido por mi triunfo, yo mismo llevaba a casa, en una carretilla, el papel comprado a mi proveedor». 

«No creo que haya en nosotros otra pasión más reacia a dejarse domeñar que la del orgullo, por mucho que uno pretenda haberlo vencido, se puede caer en la debilidad de sentirse  orgulloso por nuestra humildad».

Sobre la virtud 

«Llegué a convencerme de que la verdad, la sinceridad y la integridad en las relaciones de unos hombres con otros eran lo más importante para ser felices y me hice el firme propósito de practicar dichas virtudes mientras viviera».

Sobre el trabajo 

Receta para independizarse en la vida: «trabajo constante y un prudente ahorro».

«Así, al ser estimado como persona joven, industriosa y próspera, y al pagar puntualmente todo lo que adquiría, los comerciantes que vendían papel me querían como cliente, otros proponían suministrarme libros, y yo prosperaba con facilidad».

«Los hombres cuando trabajan, están más satisfechos; pues los días en que se hallaban de buen humor y alegres y con la conciencia de haber realizado un buen trabajo, pasaban la noche alegremente; en cambio, en los días de ocio se rebelaban, disputaban, y estaban continuamente de mal humor».

Aquel capitán de barco, cuya norma consistía en tener a todos los hombres constantemente ocupados; y cuando, en cierta ocasión, el primer oficial le dijo que ya lo habían hecho todo y que no había nada más que hacer, ordenó: ¡Que laven el ancla! 

Sobre la templanza

«A veces cuando no se tiene dinero se es más generoso que cuando nos sobra, tal vez para que no se den cuenta de que no lo tenemos».


EL PROYECTO DE LAS 13 VIRTUDES 

Franklin estableció 13 virtudes principales:

TemplanzaNo comas hasta la saciedad. No bebas hasta la ebriedad
SilencioNo hables sino lo que puede beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales
OrdenTen un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada etapa de tu trabajo
ResoluciónResuelve llevar a cabo lo que tengas que hacer. Ejecuta sin demora lo que hayas decidido
FrugalidadNo hagas ningún gasto sino para hacer bien a otros o a ti mismo; es decir, no malgastes ni desperdicies nada
TrabajoNo pierdas nunca el tiempo; empléalo en algo útil; corta con todas las acciones innecesarias
SinceridadNo uses el engaño; piensa inocente y justamente y, si hablas, habla en concordancia
JusticiaNo perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni evitando hacer lo que es tu deber
ModeraciónEvita los extremos. No mantengas un resentimiento a través del tiempo, aunque lo creas merecido
LimpiezaNo toleres la suciedad en el cuerpo, en la ropa o en la habitación
TranquilidadNo te molestes por cosas insignificantes, o por accidentes comunes o inevitables
CastidadNo abuses del acto sexual, y hazlo sólo por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar a tu propia paz o reputación o la de otra persona
HumildadImita a Jesús y a Sócrates

El objetivo de este proyecto es tratar de alcanzar dominio de cada una de estas virtudes y no cometer ninguna falta que vaya contra ellas. Esto se consigue al llevar la cuenta de los errores en que incurramos y procurar no repetir esas acciones que nos hacen caer en el desacierto. Para ello, antes de dormir, tras un examen de lo acontecido en la jornada, anotaremos en un cuadro las faltas contra cada virtud cometidas durante el día. Cada semana nos enfocaremos en una virtud, procurando mantenernos lo más posible en sus preceptos. Sobre las demás virtudes no haremos especial hincapié pero seguiremos llevando la cuenta al final del día. A la siguiente semana, cambiamos el enfoque a otra virtud. La idea es que tendremos más dominio sobre la virtud de la semana anterior y ganaremos dominio sobre la virtud en turno. Al cabo de 13 semanas, tras habernos enfocado ya en todas las virtudes, nuestro cuadro debe ir luciendo más libre de marcas.

Ejemplo de cuadro de la semana 1 enfocada en la templanza


EL ALMANAQUE DEL POBRE RICHARD. 

El Almanaque del Pobre Richard era un pequeño libro que contenía un calendario con predicciones meteorológicas, datos sobre el inicio de las estaciones, las fases de la luna, algún fenómeno astronómico como eclipses o cometas periódicos, además de algunos aforismos morales e incluso crucigramas y adivinanzas. Atribuido a Richard Saunders, fue publicado anualmente por Benjamin Franklin entre 1932 y 1957.

«La pereza, como el óxido, corroe más de prisa que el trabajo».

«La llave que siempre se usa está más brillante».

«La zorra dormida no caza gallinas».

«Acostarse temprano y levantarse temprano, hacen al hombre rico, sabio y sano».

«La diligencia es la madre de la buena suerte».

«Un hoy vale por dos mañanas».

«Los momentos de ocio deben consagrarse a hacer algo útil».

«Ahora que tengo una vaca y una oveja, todo el mundo me saluda».

«Si no vigilas a tus obreros es como si les dejaras abierta tu bolsa».

«Una cocina opulenta crea una voluntad débil».

«Con lo que se mantiene un vicio, se pueden educar dos niños».

«Las mujeres, el vino, el juego y la mentira, empequeñecen las riquezas y agrandan las necesidades».

«Compra lo que no necesitas, y pronto deberás vender lo que sí necesitas».

«Feliz el hombre que aprende a ser prudente viendo los peligros a que se exponen los demás».

«Los niños y los tontos creen que veinte chelines y veinte años no se acaban nunca».

«El orgullo se desayuna con la abundancia, almuerza con la pobreza y cena con la ignominia».

«Cuán loco debe estar quien contrae deudas por cosas superfluas».

«Gana lo que puedas, y conserva lo que ganes».

Como dice el pobre Richard, la ganancia puede ser pasajera e incierta, pero mientras se vive, el gasto es constante y seguro.


Mis impresiones


Un libro que descubrí por casualidad en una feria del libro cuando era estudiante universitario, creo que puede ser muy inspirador y encauzar de manera más natural a adolescentes y jóvenes, aunque no deja de ser útil a quien lo descubre a mayor edad. Podría pasar por una ficción de autoayuda como los clásicos de Og Mandino o los más modernos de Paulo Coelho, si no fuera porque su autor y protagonista es un personaje de enorme trascendencia histórica. Siempre lo recomiendo y es un libro que suelo obsequiar. 


Menciones


  • Versos de oro. Pitágoras.
  • Pilgrim’s Progress. John Bunyan. 1678.
  • The Spectator. Joseph Addison y Richard Steele. 1714.
  • Poor Richard's Almanack. Benjamin Franklin. Anual, 1732-1757.